Historia
Se dice que los romanos plantaron las primeras vides en la Ribeira Sacra. Crearon las primeras terrazas y las cubrieron de cepas, con el sudor y el esfuerzo de los esclavos. Este tipo de estructura de distribución de escaleras fue la solución para superar las fuertes pendientes del terreno, que pueden alcanzar los 45º de desnivel. Aunque los romanos tendrían un papel importante en la Ribeira Sacra, los monjes continuaron con la tradición vitivinícola, convirtiéndose en el periodo más relevante de la zona. Tenemos que remontarnos al siglo VI. En esa época, la comarca se pobló por monjes que promovieron la elevación de numerosas ermitas. Tras las ermitas se construyeron los monasterios y la contundente implantación de diversas órdenes. Éstos ocuparon los conventos y monasterios que aún hoy existen y contribuyeron en gran medida a consolidar el cultivo de la vid en la Ribeira Sacra. Perfeccionaron los procedimientos y dieron la forma final a este espectacular paisaje de terrazas que vemos hoy. En la Edad Media, el vino fue uno de los principales motores económicos de la Ribeira Sacra y lo siguió siendo hasta la Guerra Civil Española (1936-1939). Entonces las cosas cambiaron drásticamente, la pobreza y la emigración se extendieron por la zona y la mayor parte de este paisaje quedó engullido por los bosques. Es en 1979 cuando Fernando González, presentado por su suegro, descubre este patrimonio, obsesionándose en recuperar la historia y el legado de su ciudad natal hasta nuestros días. Con la idea de recuperar aquellas terrazas, descubrimos que la riqueza varietal de la zona era destacable, centrando nuestro proyecto en cultivar y proteger nuestras variedades ancestrales, sólo ubicadas en Galicia y el norte de Portugal, en su viñedos originales. Hoy, no sólo hemos plantado 30ha de viñedo en estas antiguas laderas abandonadas, sino que también hemos devuelto el brillo y el prestigio a una denominación de origen que todavía tiene un potencial incalculable.
Ubicación
La finca Algueira está situada en las montañas de Galicia, en las faldas del río Sil, en uno de los paisajes vitivinícolas más impresionantes del mundo. Desarrollamos nuestra viticultura en los viñedos más verticales de España, alcanzando los 60º de desnivel, siendo el fondo del viñedo de 200 mt. sobre el nivel del mar y la cima a 600 m. La vertiente norte orientada al sur es Doade, una colina espectacular con una intensa exposición al sol y un microclima predominantemente mediterráneo. Al otro lado del río, las vertientes orientadas al norte muestran características de microclima atlántico, ambos lados influenciados por las condiciones continentales de la región. Esta diversidad ha proporcionado a lo largo de los siglos un gran número de variedades de uva adaptadas a cada orientación, microclima y suelo.
Viñedos
Although we have an extension of 30ha all around Ribeira Sacra, our most iconic plantation is located fundamentally on the slopes of Doade (5 ha), probably the most historical region of the appellation. Locals have been growing vines here for at least 15 centuries. When we arrived it was intensively neglected and deserted, with most of the vineyards covered by the forest. Galicia’s country properties are divided in smallholding, finding quite many owners in on hectare, so on the 1980’s we began a process of acquiring those, restoring the primitive terraces. Due to the steepness, every job we perform at the vineyard is hand made, no mechanical tools are used at any point, making this first stage extremely hard. Once we recovered it we decided to plant mainly one of the predominat varieties of the region, Mencía, where with this soil, orientation, microclimate and steepness shows a remarkable character and complexity. Next to this, we also planted Brancellao, very likely the most ancient grape of this region, with Sousón and Caíño, two fresh and atlantic varieties that brings up verticality and structure to the blend. Through the years we decided to be quite bold with the plant conduction and prunning reducing the growth on the surface and the production to the minimun possible, forcing the plant to grow underground, which added to the extreme conditions of water stress, rock concentration and the mediterranean influence, gives us extraordinary wines full of minerality, tension and complexity.
Suelos
La variedad es una de las claves de Ribeira Sacra en cuanto a uvas, climas u orientaciones. El suelo no es una excepción. Para nuestra bodega el suelo es el corazón del proyecto, ya que una de las características de nuestra viticultura es la pobreza del suelo. Lo aprovechamos construyendo terrazas estrechas. Bajo una fina capa de tierra, diferentes formaciones rocosas configuran las montañas con varios tipos de composición. El material predominante es la pizarra, especialmente profunda y pura en las laderas del Doade. Aquí cultivamos nuestra mejor Mencía y Garnacha Tintorera. Es especialmente destacable la fuerza, tensión y rectitud de los vinos que elaboramos en estas laderas. Brancellao, Caíño y Sousón están plantados sobre un suelo compuesto por una mezcla de gneis, cuarzo, granito y pizarra. Este tipo de composición acentúa el frescor y la acidez de estas uvas atlánticas que en el coupage van a aportar finalmente ese aspecto más fresco y vibrante del vino.
El Vino
Dolio es un reflejo del patrimonio de Ribeira Sacra, uno de los paisajes vitivinícolas más singulares y extraordinarios de España. Queríamos expresar todo el potencial de nuestra tierra en un vino que pudiera materializar el trabajo dedicado que construimos a través del tiempo. El principal objetivo del proceso fue ser honestos con nuestro legado y poder transmitir nuestra experiencia en un vino que pudiera expresar la pasión que ponemos en nuestro proyecto. Para lograrlo tomamos dos decisiones fundamentales. La primera fue utilizar sólo lo mejor de nuestras variedades autóctonas. Para ello mezclamos Mencía, protagonista de nuestra denominación de origen, de nuestras viñas más viejas en las laderas más empinadas, con el antiguo Brancellao que podía expresar la naturaleza más delicada y sutil de nuestras uvas, además de Sousón y Caíño para resaltar la vivacidad y complejidad de la vertiente atlántica de nuestra zona, y Garnacha Tintorera para aportar profundidad al coupage. La segunda decisión fue utilizar únicamente nuestros mejores viñedos, los de cepas más viejas y con condiciones más extremas para potenciar ese marcado carácter mineral de nuestras mejores parcelas. Sólo necesitábamos nombrarlo y resumir su identidad bajo un solo concepto. Encontramos la idea perfecta. El nombre Ribeira Sacra tiene su origen en la gran cantidad de iglesias y monasterios que se encuentran a lo largo de estas colinas de la época románica. Uno de los elementos más reconocibles de esta arquitectura es el uso de canecillos en los techos, con representaciones de diferentes elementos culturales y sociales. Entre ellos es fácil encontrar el Dolio. Se trata de un instrumento de la Edad Media elaborado a partir de una barrica de vino vacía y una boquilla adjunta que al soplarla permitía al intérprete reproducir un sonido grave, a menudo acompañado por otros músicos con instrumentos de viento o cuerda, frecuentemente interpretado en reuniones y celebraciones. En la misma época, y muy probablemente gracias al Camino de Santiago, es posible encontrar estos canecillos con dolios también en Francia, como en L’abbaye Sainte-Marie d’Arthous en Hastingues. Nos hace mucha ilusión saber que Galicia y Francia comparten desde hace 1.000 años esta conexión cultural que une vino, música y celebración, lo que lo convierte en un nombre perfecto para este nuevo proyecto.